¿Qué significa para ti la competitividad?
¿Te lleva más a añadirle la palabra “feroz”, o “sana”? ¿Piensas en ganar a muerte y caiga quien caiga, o eres más de esforzarte al máximo centrándote en ti y en los tuyos?
La competitividad es uno de los valores más comunes de la sociedad actual y está intrínseco en el adn de cualquier deporte…
La competición en la vida nos enfrenta continuamente a la victoria y a la derrota, y en el caso concreto del deporte nos permite trabajar y entrenar nuestra responsabilidad, la misma habilidad que nos ayuda a combatir el victimismo… La clave para que eso ocurra es ponerse en la piel del rival y recordar en la derrota cómo se disfruta con el triunfo, y entender durante el éxito el sufrimiento del que pierde…
Cuando uno comprende la alegría y la tristeza de los 2 polos empatiza con el rival… La madurez llega cuando estas 2 experiencias nos acercan al lema de la deportividad… “ofrecer lo que nos gustaría recibir”…
Llegados hasta aquí agradecemos la presencia de quién nos permite mejorar… visto así somos lo mismo, un día tú y otro día yo vamos intercambiando la gloria y el fracaso… visto así, nos necesitamos tanto que casi somos el mismo Equipo, solo nos diferencia el color de la camiseta… visto así somos uno…
Cuando no respetamos al rival en el fondo no nos estamos respetando a nosotros mismos y al buscar esa manera de ganar, nos acabamos refugiando en excusas al perder… nos victimizamos…
En cambio, si nos centramos únicamente en nuestro esfuerzo y acierto, la responsabilidad de la derrota solo tiene una salida; intentar mejorar para la siguiente oportunidad… así es la vida… eso es saber perder en el presente… y eso es saber ganar en el futuro…
Como siempre, tú decides de qué “Equipo” quieres ser… De donde pongas tu foco dependerá si compites con los responsables o con los victimistas… con los que respetan y aprovechan las derrotas para aprender o con los que no quieren todavía crecer…
Tú eliges… tú Equipo te está esperando…