Cada vez hay más profesionales de la salud que trabajamos con el cuerpo capaces de escuchar más allá de las palabras de nuestro cliente/paciente. En un intento de huir sin remordimientos este “miente” sin querer para establecerse en una “falsa tranquilidad” que lo aleje del origen del dolor físico. Una visión holística de la salud física y emocional nos lleva a descubrir como influyen los pensamientos, las creencias y las emociones en los problemas físicos de cualquier cliente que entra dolorido en centros de fisioterapia, osteopatía, rehabilitación, o en un hospital.
Precisamente la biodescodificación, la bionergética o la psicoterapia se reconocen como terapias integrativas que explican cada vez más el origen de dolencias y enfermedades en emociones reprimidas, y en situaciones de la vida de cada uno que están sin resolver. Para algunos, tanta introspección para explicar el dolor no tiene sentido ni base científica. Son los mismos que abogan por medicamentos o tratamientos manuales mientras crecen en dependencia química y terapéutica que alivie los síntomas. Por otro lado, a los que abren su mente y afrontan su vulnerabilidad, a los que se atreven a cuestionar sus creencias y afrontar sus emociones se les abre un mundo nuevo, un enfoque que trabaja las emociones y el cuerpo de forma integrada…
A las numerosas actividades de conciencia corporal que se ofrecen hoy en día, el desarrollo personal y el auto conocimiento pueden ser el complemento perfecto a esta nueva tendencia, porque te ayudan a entender tu mente, pero también tu cuerpo. Sentir este último con todos los sentidos, te puede dar pistas para alcanzar ese ansiado bienestar. De igual forma que el cuidado del cuerpo es básico, también lo es cuidar y entender los pensamientos y las emociones que lo soportan. Todos de alguna manera sentimos como nuestra estructura corporal muchas veces paga el estrés mental, emocional y físico al que lo sometemos.
El cuerpo habla, y aunque lo queramos callar con argumentos y creencias de todo tipo, tarde o temprano deberemos claudicar, aceptarlo y rendir cuentas…
¿Y tú, escuchas a tu cuerpo?