Hay un diálogo interno que todos tenemos y que viene marcado por nuestro estado de ánimo… es el mismo diálogo que nos hace leer este mensaje de distintas maneras según nuestro momento en la vida…
Esta frase leída en un estado elevado de empoderamiento te reafirma en tus convicciones, justifica tu manera de ser y refuerza tus decisiones…
La misma frase en un momento bajo de ánimo podría ser leída incluso sarcásticamente, rollo “mi mirizqui sir filiz”, y no hace otra cosa que rayarte y enojarte todavía más…
El positivismo y sus frases célebres sirven por lo tanto a los primeros pero nada a los segundos… más bien lo contrario… Y eso es precisamente lo que hace nuestro entorno más cercano, con su mejor intención, cuando intentan animarte o dar con una (su) solución…
Esa falta de empatía no intencionada nos desconecta, nos hace sentir aún peor, y aumenta el miedo cada vez que queremos compartir nuestro malestar… Poco a poco nos aislamos porque no nos sentimos del todo comprendidos, y acabamos construyendo una coraza para no expresar nuestro sufrimiento y mantenernos en la superficie… como si no tuviéramos derecho a quejarnos o sentirnos de esa manera…
Claro que te mereces ser feliz pero también te mereces estar triste, cabrearte y llorar… el problema es que nos cuesta mucho sostener nuestras propias emociones, y así es muy complicado sostener las de aquellos que nos rodean…
Sin embargo no tienes por qué elegir… ser feliz, ser triste, ser alegre, ser serio, ser positivo, ser negativo… Lo que realmente te mereces es ser “humano”, y ser “humano” es TODO…
Es muy importante por lo tanto dejarte en paz, no castigarte por sentir tristeza por ejemplo, y crear espacios valientes, seguros y empáticos para ser “humano”… solo desde ahí puede venir la aceptación y el aprendizaje para progresar hacia el positivismo… permitiendo y dando espacio al negativismo… de igual forma, si no integramos el pesimismo o nuestras sombras no podemos avanzar hacia el optimismo y la luz…
¿Y tú, buscas rápidamente una solución positiva para todo, o te permites a ti y a los que te rodean ser “humanos”?